19/3/12

La Muerte - Parte 1

Después de unos pocos meses de bloqueo mental, he vuelto con la primera parte de un tema interesante y que, a pesar de escuchar de ella a diario, no todos la conocen realmente: la muerte.

No, no hablo de esta muerte. 


Como todos -o al menos muchos- sabemos y creemos, la muerte es algo de lo que nadie en este mundo podrá escapar: ninguna religión, creencia, o estilo de vida te hará conservarla para siempre... al menos para mí, es una constante en nuestro universo. Pero claro, el motivo por el cual escribo esto no es para decirles eso, después de todo, es sólo un punto de vista y algunos tendrás sus explicaciones para argumentar lo contrario.

Quizás se estén preguntando: "¿Qué puede tener de bueno perder la vida, o vivir una experiencia cercana a la muerte?" Pues, mucho más de lo que puedan imaginar. No hablo en nombre de alguna persona, o por alguna historia que haya escuchado, lo digo por mí mismo... aunque sí conozco experiencias similares de otras personas, pero por el momento sólo hablaré de la mía.

Muchos de quienes me conocen supieron que en enero del año pasado tuve una experiencia bastante delicada con respecto a mi estado de salud. No daré detalles, porque al que no le interesó en ese momento, no le interesará ahora... y quienes estuvieron conmigo en esos momentos (no necesariamente en persona) ya saben por todo lo que pasé. Aún así les puedo resumir que todo ocurrió debido a mi falta de seriedad y responsabilidad con respecto a la vida. Digamos que tenía "delirios de inmortalidad" y pensaba que nada de lo que hiciera me iba a afectar a futuro (algo similar a lo que quizás algunos fumadores, bebedores y drogadictos extremistas piensan).

Conozco a más de uno que fuma tranquilamente esa cantidad al día.


El hecho es que la situación que viví realmente puso en riesgo mi vida, pero hubo algo que empeoró la situación en un momento en particular: cierto accidente, el cual casi me hizo perder la vida. Ya conté esa parte en otro lugar, pero la compartiré textualmente aquí también:

"...la segunda fue una vez que estaba ya estable en el hospital que "una persona" cometió un error grave conmigo (con unos medicamentos), los cuales me enviaron al frente de la puerta del Inframundo... afortunadamente, lograron revertir el error y salvarme antes que la cruzara, de lo contrario no estaría en este momento escribiendo esto (y seguramente ninguno se hubiera enterado). Obviamente nadie hubiera pagado en caso de haberme ocurrido algo, después de todo, los médicos, doctores, enfermeros, pasantes y demás tienen "Licencia para matar" (al menos aquí en este país)."

Creo que nunca describí esa experiencia, pero quizás la deje para otra ocasión. El hecho es que en esos momentos en los que estuve tan cerca de morir despertó algo en mí, como dirían por ahí: "Vi la luz.", y no fue para menos, ya que no quería morir en ese momento. En esos pocos minutos (que para mí fueron horas), me aferré a la vida con una pasión que nunca antes había tenido; es como si tratara de sujetarme con todas mis fuerzas y sin intenciones de dejarla ir. Como también coloqué por ahí con respecto a la experiencia en sí (y una par de eventos no mencionados):

"...me sirvieron mucho para pensar y reflexionar sobre la vida como no se pueden imaginar. Aprendí muchísimas cosas con esta horrible experiencia (que de verdad que no se la deseo a nadie en este mundo), y me di cuenta que muchas personas aprendemos más en un momento decisivo como el que viví yo que con todas las miles de lecciones de vida que recibimos en el día a día."

Es irónico que haya deseado vivir justo cuando me encontraba muriendo, pero quizás necesitaba vivir esa experiencia para poder aprender que esos "delirios de inmortalidad" que tuve antes no era más que tonterías. Aún ahora, más de un año después de esos terribles días, me da escalofríos el recordar ese momento... claro, ese accidente no tuvo que ver con mi condición (como coloqué arriba en la cita, fue por un error), pero si no hubiera sido hospitalizado en primer lugar, nada de eso hubiera ocurrido.

Es como si hubiera superado una de las prueba del dueño de este muñeco.


Lo importante de este relato es que muchas personas pensamos que la vida es algo con lo que podemos jugar, e ignoramos a ese "ser" quien siempre está siguiendo nuestros pasos esperando que llegue el momento de tomar la preciada vida que nos fue dada. A veces no sirve de nada cuidarla al extremo, porque nuestra vida también depende de las acciones de los demás, por lo que cuando menos lo esperes, alguien o algo podría quitártela por cualquier razón, incluso la más inimaginable... como dije al principio, hagas lo que hagas, igual la perderás; sin embargo, podemos hacer cosas para extenderla el mayor tiempo posible, compartir con tus seres queridos y aprovechar al máximo el tiempo... porque aunque muchos no se den cuenta, nuestras vidas también han influido, influyen, e influirán en la vida de otros, y el perderla por no saber valorarla también puede afectar mucho a esas personas.



Por más rudo que te creas, siempre necesitarás amigos, y ellos necesitarán de tí.


Y para concluir, colocaré otra cita de lo que escribí allá:
 
"En fin, para terminar esta historia les diré algo a quienes lean esto: no jueguen con la vida. Si sufren alguna enfermedad delicada y que requiera de cuidado estricto, cuídense... si no, igual cuídense. Si tienen algún familiar que sufra de algo así, cuídenlos. La vida se convierte en lo más importante para tí cuando estás a punto de perderla... desafortunadamente no siempre puedes salvarte, así que es mejor no jugar con ella y vivirla lo mejor posible, pero cuidándola."

 Aprende a querer a tus seres queridos, pero lo más importante: aprende a conservarlos.


Hubo muchas cosas que omití, o que no desarrollé mucho. Una de las más importantes es el hecho de cómo nos afecta también la muerte de personas cercanas y queridas. Esto también puede cambiar por completo nuestra forma de ser y de ver la vida, pero lo contaré en otra oportunidad.